Canalización
de Kryon por Lee Carroll
en Monument
Valley, Utah, 12 - 18 de abril de 2017
Nº 11
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Esta es la undécima canalización, y la última de la serie. A muchos de
ustedes les parecerá que solo unos momentos atrás se reunieron en este mismo
lugar y se dio un mensaje. El tiempo hace eso.
Pero quiero hablar de algo que debiera resultar obvio para muchos y es
fascinante. Lo fascinante es la unicidad que ocurre en todo el mundo en las
definiciones del Espíritu, en las historias de la creación, en la apreciación,
en las definiciones de Dios. Antes les dije que la profecía de las edades ha
venido de los antiguos y las tribus de todas partes del mundo, que no se
conocían entre sí. Y la razón para esto, queridos, es lo que yo llamaría una
intuición espiritual global.
Si es verdad que hay un Dios, y que
ese Dios reside en ustedes y en el planeta, y que los conoce, tendría
que haber una similitud, algo que
ustedes descubren. Algo que los antropólogos verían; algo que los
espiritualistas estudiarían y buscarían. Está en todas partes.
En la antigua numerología tibetana han identificado los números y sus
significados. ¿No les parece interesante que en Tibet, tan lejos, algo que no
es conocido para los indígenas de aquí, el número 4 haya sido identificado como
lo que pertenece a la Tierra? Y ese número 4 es tan común para estos que hoy
ustedes llaman los Navajos. No solo es común; es sagrado. Es parte de su
historia de la Creación, parte de sus danzas,
parte de sus letras de canciones, todas estas cosas. ¿Creen ustedes que
esto es una casualidad, o tal vez una coincidencia, que los tibetanos lo
identificaron y es exactamente lo que enseñamos?
El mensaje nº 11 - qué casualidad. El 11 es el primer número maestro:
es la iluminación. Podrían incluso decir que es la belleza de la compleción: el
doble 1. Queridos, esta conexión está en todas partes. Entonces ¿por qué no
está con ustedes? Ahora bien: la
respuesta es que sí está con ustedes; el despertar que sus experiencias les
muestran son lo que han descubierto aquí, y lo que yo les cuento por medio de
la canalización. Y el verdadero despertar es que están conectados. No están
solo conectados con Gaia; están conectados con la verdad. ¿Cuál es la verdad de este día y de los que lo
han precedido? ¿Qué pueden decir que
sucedió aquí?
Cuando se vayan de este lugar, quiero que recuerden estas verdades,
pero quiero especialmente que honren a su intuición, porque es la misma
intuición que tuvieron los antiguos en este mismo lugar que los conectaba con
el planeta. Es la misma intuición de la
mujer-medicina o el hombre-medicina, que los ayudó a reunir las plantas, las
fresas, para que se lograra la sanación. Como antes dije, ellos no tenían un
laboratorio para ensayo y error. Eran guiados.
Esa intuición les pertenece a ustedes, y la han llevado al mundo moderno
con objeto de hacer lo que necesitan hacer para sobrevivir. ¿Qué les dice su
intuición respecto a qué pasará cuando lleguen a casa? ¿Es posible que puedan
llevar a casa una compasión de modo que dejen la preocupación donde corresponde
- en el suelo, tal vez, ¡dejen que Gaia la lleve! - y que sepan que no han de
tener miedo de ciertas cosas porque tienen una intuición que los guía? Es la intuición la que les contó a los
tibetanos lo del número 4 que se celebra aquí mismo. Es la misma intuición que
les dio información idéntica sobre la precesión de los equinoccios a todos. Piensen
en eso por un momento; si fue bueno para ellos, es bueno para ustedes. Pero ese
es el despertar: reconocer el hecho de que ustedes también la tienen, que no
están separados de ninguno de ellos. De hecho, si quieren estudiar lo que
llaman su registro akáshico, tal vez este viaje en particular ha significado
para ustedes algo más que para otros. Algunos de ustedes saben de qué hablo.
Queridos, si es verdad que son almas antiguas, eso significa que ustedes fueron los antiguos.
Entonces la tarea es volver a despertar aquello que ya han experimentado y que
saben que es verdadero y llevarlo al mundo moderno a los lugares donde viven, a
donde van, y en lo que hacen.
En este lugar han mirado ciertas personalidades y tal vez han visto su
alegría y su sabiduría. A veces estos viajes son muy excitantes para algunos,
porque encuentran personas que quisieran llevar a casa. ¿Por qué no llevan a
casa la personalidad que está en su interior?
El amor, la compasión, la sabiduría que ven. Es de ustedes para hacerlo;
su intuición es la misma que la de ellos, y queridos, como antiguos, esa
intuición debiera ser la misma.
Esa es la invitación que hacemos al separarnos. Lo hemos dicho una y
otra vez: no hay adiós. ¿No les parece interesante que en la mayoría de sus
idiomas tengan "adiós", pero en las lenguas antiguas no lo tengan? La
mayoría de los indígenas se abstienen de la palabra "adiós" y en
cambio tienen un saludo que significa "hola" y "adiós"
conjuntamente. Sucede en todo el planeta.
Tal vez sería hora de que ustedes adopten una para ustedes.
Ahora, finalmente: se miran unos a otros y saben la verdad: no habrá
un grupo como este otra vez, con las mismas personalidades. Eso significa que
es como una plantilla, un sello, que
vive en su akash ya mismo, y que todos ustedes tienen uno idéntico, el mismo.
Entonces hago una pregunta: ¿están lo bastante conectados para sentir que esto
no termina? Esto nunca termina. Pueden
imaginarse uno a otro durante el resto de sus vidas, ya sea que estén aquí o
no, ya sea que hayan fallecido o no, el más joven de ustedes nos sentirá a
todos por el resto de su vida. Así es como se supone que tiene que ser, y así
es aquí mismo en el Valle. Quienes van muriendo todavía están aquí. Y de alguna
manera, y en alguna forma, es el respeto que ellos tienen, no solo para los
ancianos, sino para los que los ancianos conocen que han fallecido y todavía
siguen en el Valle. Es hermoso y elegante, ¿verdad? Eso es un trabajador de
luz.
Felicitaciones para aquellos de ustedes que tomaron decisiones en estos
días. Que las tomen y las hagan permanentes. Ese es el plan; ese es el plan.
Y así es.
Kryon
Desgrabación
y traducción: M. Cristina Cáffaro