martes, 27 de febrero de 2018

Tus Cuatro Rostros - Parte 3 - Jim Self y Roxane Burnett


TUS CUATRO ROSTROS - Parte 3
 El Yo Mental se puede comparar a un mazo o martillo grande y poderoso. Este martillo es una herramienta perfecta para clavar clavos y sacar  listones. Como es tan capaz, y como vivimos en una cultura que valida mucho según lo intelectual, le pedimos a este martillo que haga trabajos para los que no es adecuado. Tu Yo Mental (Mendelson) está ansioso y dispuesto a hacer lo que se le pida. A veces crea una justificación según la cual su método es el correcto. Por ejemplo, si le pides a un martillo que decore una torta, creerá que está haciendo un gran trabajo y tratará de convencerte. Sin embargo la torta no va a tener un aspecto apetitoso ni buen sabor.  Frío y racional, lógico y sensato, Mendelson está seguro de poder hacer cualquier tarea, y si el resultado es menos que óptimo será debido a un problema externo. O la torta la sirvieron demasiado tarde en la fiesta, o a nadie le gusta el chocolate, o la fuente no tenía la forma adecuada.
Esta actitud ha sido inculcada en él durante generaciones de patrones de creencia. Puede realmente hacer impacto sobre los otros dos Yoes y causar gran confusión, incomodidad y falta de armonía.  Si tu Yo Mental se impone en los proyectos o es invitado a participar en un nivel que está por encima de él, puede tomar el control y dirigir los procedimientos. Esto priva a tu Yo Emocional de su alegría y entusiasmo descontrolados, y tu Yo Físico puede sufrir dolor por ser descuidado. Muchas veces tu Yo Mental ignora a los otros Yoes hasta que todo el sistema está amenazado por un colapso o el cuerpo se rompe por "un accidente" o una enfermedad. Tal vez conoces a alguien que le permite a su Yo Mental dominar su vida hasta que ya está en un dolor tremendo. Algo debe cambiar, porque todo el sistema sufre.  Muchas personas, cuando contraen una enfermedad que amenaza su vida, reciben grandes comprensiones y cambian las pautas de sus vidas. Algunos sobreviven a esa experiencia.
Bea estuvo poco tiempo casada con George y ya empezaron a tener bebés. Eran devotos católicos y tuvieron seis hijos, muy seguidos.  George no estaba feliz con su trabajo mal pagado, y bebía abundantemente. Muchas noches volvía a casa después de medianoche y descargaba sus frustraciones empujando a Bea contra una pared y dándole una paliza.
Durante 12 años, Bea tuvo muchos moretones y huesos rotos. Bea siempre racionalizaba la conducta de él y encontraba excusas para su horrible humor. "George está sufriendo un contratiempo temporario. Está deprimido. En realidad es una buena persona."  Bea tenía muchas razones lógicas para permanecer casada. "Si yo abandono a George, le rompería el corazón a mi madre. La Iglesia no permite el divorcio. Los niños necesitan un padre".  George seguía pegándole, eventualmente en presencia de los hijos. Una madrugada regresó borracho como siempre, y no solo le pegó a Bea sino que empezó a amenazar a su hija mayor. Entonces fue cuando el Yo Mental de Bea no pudo encontrar una razón lógica para quedarse. Había llegado al nivel más oscuro de dolor físico y emocional  en su vida. Estaba dispuesta a tolerar su propio dolor, pero recién cuando su hija se convirtió en objeto del abuso de George, Bea fue capaz de juntar a sus Yoes y cambiar la situación. Finalmente se hizo obvio que su Yo Mental no tenía ni idea de cómo manejar la situación.
La descripción del trabajo de tu Yo Mental incluye:
1. Toma la información externa y la procesa para que tenga sentido lógico y racional de acuerdo con la información ya almacenada en sus bancos de experiencia.
2.  El lenguaje. El Yo Mental puede comunicar verbalmente sus necesidades, interpretaciones y percepciones.
3. Procesa los símbolos que evolucionan hacia la escritura, la lectura y la matemática.
4. El analista. Le encanta analizar y entender las cosas, probar teorías y resolver problemas.  
Además de reconocer a tu Yo Mental y personificarlo, puedes alentarlo a desarrollar sus fortalezas ofreciéndole lo siguiente:
1. Reconocer y escribir una lista de los trabajos en los que es bueno. Validarlo verbalmente por su buen trabajo en las áreas en que es experto.
2.  Darle para hacer tareas específicas como controlar la chequera, leer mapas y hacer listas de cosas por hacer.  Que esto sea un acto consciente y que ocupe intencionalmente a tu Yo Mental.
3. Reconocer cuando se ha metido en el ámbito de controlar las emociones y el cuerpo. Simplemente darse cuenta de las pautas actuales de participación mental ayudará a equilibrar el entusiasmo de Mendelson y lo devolverá a las áreas en las que es experto.
4. Cuando te dediques a una actividad que implique solo al Cuerpo Emocional (un momento íntimo con un amante, o bien meditar) o al Cuerpo Físico (cavar en el jardín, lavar el coche) pídele a tu Yo Mental que espere afuera hasta que haya un trabajo para que él haga. También podrías visualizar un interruptor de apagado del analista en el Centro de tu Cabeza.  Podrías encontrarte apagándolo muchas veces al principio. Está bien. Empezar a usar esta herramienta es como entrenar en el gimnasio. Desarrollas un músculo que no has usado mucho hasta ahora. No esperes levantar 70 kilos en el primer intento.
5. Toma nota de las personas que a tu alrededor están dominadas por sus Yoes Mentales y cómo ellas experimentan sus vidas debido a eso.  ¿Están emocionalmente cómodas? ¿Son felices y saludables?

En la Parte 4: El Yo Espiritual
Por Jim Self y  Roxane Burnett

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Traducción: M. Cristina Cáffaro